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La depresión infantil se convierte en una preocupación en Europa.
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El Día Europeo de la Depresión ayuda a visibilizar la enfermedad.
Cada año, en octubre, Europa conmemora el Día Europeo de la Depresión, una enfermedad que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo.
España es el 4º país europeo con más afectados por esta enfermedad. Más de 2 millones de habitantes la padecen en nuestro país. Sin embargo, este trastorno está afectando también a niños y adolescentes. Según la OMS, el 2% de los niños entre 6 y 12 años la sufre. Esta cifra aumenta entre los niños de 12 a 14 años, afectando entre el 4% y el 6%. Llegar a detectar la depresión infantil a tiempo, así como la elección de un buen especialista, son dos de los puntos claves para conseguir una recuperación óptima de los niños.
La Clínica Universidad de Navarra es uno de los centros sanitarios de mayor prestigio en nuestro país por su labor en el diagnóstico y el tratamiento de los niños y adolescentes con depresión. El enfoque de los tratamientos seguidos por los especialistas del centro en el que trabaja de forma coordinada con los padres es una de las claves es esencial para conseguir solucionar el problema
La Depresión infantil, una nueva preocupación
Para los niños, por su falta de madurez emocional, este trastorno puede interferir peligrosamente en su desarrollo. Por su falta de recursos para manejar sus propias emociones, y a menudo, por su dificultad para expresar como se sienten, hacen más peligrosa la depresión infantil.
Según los datos manejados por la National Association Of School Psychologist los datos a nivel mundial sobre el índice de depresión infantil muestra una situación más que preocupante: en los últimos años ha llegado a incrementarse hasta en un 30%
Los síntomas de la depresión infantil varían respecto a los adultos. Los más pequeños suelen quejarse de molestias físicas imprecisas, junto con una expresión facial triste y escasa comunicación visual. Pueden tener el ánimo irritable, además de conductas agresivas o acciones que demuestren hostilidad. También, un síntoma muy común es la pérdida de interés hacia el entorno: no disfruta jugando, no quiere ir al colegio, no habla, etc.
Conseguir el mejor tratamiento ajustado para cada uno de los casos es importante para conseguir la curación del paciente. Por ello, desde la Clínica Universidad de Navarra se parte de una entrevista clínica complementada con una entrevista a los padres, así como del número de pruebas complementarias necesarias para ofrecer el mejor de los diagnósticos. El equipo sanitario.
Recientes estudios han venido a comprobar que los niños y los adolescentes que padecen depresión tienen síntomas muy parecidos a los adultos, aunque en ocasiones el cuadro puede ser mucho más específico en función de la edad.
En los niños y adolescentes se observan signos de conducta suicida. A menudo realizan acciones en las que se corre el riesgo de forma reiterada, a veces como si se tratase de un juego. En 2015, el 40% de las muertes violentas infantiles fueron causadas por el suicidio.
Entre las principales causas de depresión infantil está el hecho de que el pequeño no se sienta querido por su familia y esto lo transmite a los demás ámbitos de su vida. Puede darse el caso de que responda a un sentimiento real y en otras no, pero él lo ve así. Por supuesto, otra de las causas habituales es el sufrir bullying, maltrato físico o psicológico. Otras causas podrían ser el estar sometido a un estilo educativo excesivamente estricto, padres muy perfeccionistas, problemas físicos o dificultades en la interacción con otros niños.
Prevención de la depresión infantil
Para solucionar este problema, OMS apunta a la prevención. Para prevenir la depresión infantil, se establecen programas escolares que promuevan un modelo de pensamiento positivo entre niños y adolescentes. Es más, incluso se establecen intervenciones dirigidas a los padres de niños con problemas de conducta. De esta manera, se pueden reducir los síntomas depresivos de los padres y mejorar los resultados de sus hijos.
Sin embargo, es necesaria una formación en psicología infantil especializada y de calidad para atender correctamente la depresión. La OMS apunta que «más de la mitad de los afectados» no recibe los tratamientos adecuados para esta enfermedad mental.
Para aquellos casos en los que la prevención no ha llegado a funcionar, es importante encontrar el tratamiento adecuado. En la Clínica Universidad de Navarra son especialistas en dos tipos de tratamientos.
- Por un lado, estaría el tratamiento con medicación: los antidepresivos en niños y adolescentes actúan como inhibidores selectivos en la recaptación de serotonina. Estos medicamentos no crean dependencia o adicción ni crean alteraciones comportamentales en los pacientes.
- Por otro lado, estaría el tratamiento centrado en la psicoterapia con el paciente y la familia: en muchas ocasiones resulta fundamental seguir un apoyo con psicoterapia, puesto que no siempre los progenitores o tutores saben cómo actuar. Este tipo de tratamientos seguidos por la Clínica Universidad de Navarra obtienen resultados muy favorables al conseguir que las ideas negativas se vayan cambiando a una visión más realista.
Día Europeo de la Depresión
Este día se estableció en el 2014, potenciado por la European Depression Association. Con el lema «Dejar de verlo todo negro es posible» se quiere sensibilizar a la ciudadanía sobre la necesidad urgente de promover tratamientos adecuados para la depresión.
A día de hoy, la depresión podría afectar a más de 300 millones de personas. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2020 la depresión será la principal causa de discapacidad en todo el mundo, solo superada por enfermedades cardiovasculares.
Este trastorno se caracteriza por alterar el estado de ánimo, sufriendo una profunda tristeza y baja autoestima, afectando así a las funciones psíquicas. En muchas ocasiones va ligado a la pérdida del apetito, dificultad para conciliar el sueño y tener una sensación de cansancio constante. Constituye, actualmente, un grave problema de salud con repercusiones tanto para el paciente, como para los familiares y la sociedad en general. Es una enfermedad que resulta altamente incapacitante.
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